Martinica Collection

Empecemos por el principio…

¿Qué es un laberinto?, Es un enredo del espacio entorno a un centro configurado por una serie de caminos elaborados que tienen por finalidad proteger su centro o evitar que algo o alguien salga de él.

El laberinto como metáfora de vida se considera un símbolo universal que encontramos en todas las épocas y civilizaciones. No importa la cultura ni la tradición, siempre encontraremos su versión de laberinto con un significado profundo de sus caminos.

Cada laberinto forma un diagrama de contemplación que nos conecta con el camino de lo espiritual, el misterio del alma y del corazón, la búsqueda de identidad, la imagen de lo divino en lo terrenal…

Nos interpreta el proceso de focalizar la atención en su centro en medio de mil caminos de emociones, ideas, sensaciones … que pueden ser de distracción y llevarnos a senderos sin salida, es un lugar en el cuál es muy fácil perderse.

Es el propio laberinto quien nos indica el camino de purificación a través de tentativas que debemos superar para alcanzar el valioso centro donde reside nuestra naturaleza.

El laberinto como metáfora de vida hace referencia a nuestra vía espiritual llena de dificultades y errores que precisan de inteligencia, paciencia y constancia para enfrentarnos a ellos, para seguir hacia delante y alcanzar el centro.

Sus caminos nos obligan a recorrer senderos que no escogemos, limitan nuestra libertad y opciones y acaban llevándonos a callejones sin salida. Esto mismo se refleja en la vida, miles de caminos que conducen a nuestro destino y solo unos pocos o tan solo uno, es el correcto.

Aunque nos sintamos perdidos no debemos rendirnos, hay que aprender de los pasos en falso que damos y seguir caminando por un nuevo camino hasta encontrar el correcto.

El laberinto es como un imán que atrae todo a su centro, es un misterio que nos anima a avanzar, conecta con esa búsqueda que da sentido a nuestra vida, con lo que nos mueve… Y con todas las dificultades que se nos presentan en nuestro intento de alcanzar nuestro destino.

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